miércoles, 22 de marzo de 2017

A TODOS MIS ALUMNOS

Reflexionando ( dado que acabamos de celebrar el Día internacional de la Felicidad), sobre aquello que me/nos hace feliz  y sobre si existe o no este sentimiento tan ansiado por todos, llego a la convicción de que la felicidad absoluta no existe y no quiero con esto pecar de pesimista. La felicidad es algo relativo; vivimos o experimentamos momentos felices que pronto se ven empañados  por circunstancias que los enturbian , ya sean personales, laborales o sociales.

A lo largo de estos días, agotadores por cierto a causa de los exámenes y de las muchas correcciones que implican las evaluaciones, cuando entro en el aula y contemplo los rostros de mis alumnos, en especial de los más pequeños, me siento una persona totalmente afortunada. Terminar la clase y que tus pupilos te comenten: "¿Seño, ya ? ¡Qué rápidas se pasan las clases de lengua!" Y hay brillo en sus ojos y casi siempre una sonrisa...a pesar de que a algunos los haya reprendido. Y YO SOY TOTALMENTE FELIZ  EN ESOS INSTANTES. Y doy gracias por dedicarme a aquello que me apasiona. 
Por muchos momentos felices compartidos con vosotros, MIS ALUMNOS.

 A todos os dedico este hermosísimo poema de Gerardo Diego, leedlo y reflexionad sobre él. ¡Feliz día de la Poesía!


Amigos:
dentro de unos días me veré rodeado de chicos,
de chicos torpes y listos,
y dóciles y ariscos,
a muchas leguas de este Santander mío,
en un pueblo antiguo,
tranquilo
y frío,
y les hablaré de versos y de hemistiquios,
y del Dante, y de Shakespeare, y de Moratín (hijo),
y de pluscuamperfectos y de participios,
y el uno bostezará y el otro me hará un guiño.
Y otro, seguramente el más listo,
me pondrá un alias definitivo.
Y así pasarán cursos monótonos y prolijos.
Pero un día tendré un discípulo,
un verdadero discípulo,
y moldearé su alma de niño
y le haré hacerse nuevo y distinto,
distinto de mí y de todos: él mismo.
Y me guardará respeto y cariño.
Y ahora os digo:
amigos,
brindemos por ese niño,
por ese predilecto discípulo,
por que mis dedos rígidos
acierten a moldear su espíritu,
y mi llama lírica prenda en su corazón virgíneo,
y por que siga su camino
intacto y limpio,
y porque este mi discípulo,
que inmortalice mi nombre y mi apellido,
... sea el hijo,
el hijo
de uno de vosotros, amigos.

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